19 octubre, 2012

Turritopsis nutricula: la medusa inmortal

Turritopsis nutricula
Turritopsis nutricula, la medusa inmortal, se expande por los océanos de la Tierra "Se está dando una invasión lenta, invisible, silenciosa...”.
La Turritopsis nutricula, una hydrozoa que a diferencia de las demás medusas (y del resto de los animales) no muere tras alcanzar su estado adulto, sino que es capaz de “rejuvenecer”, de regresar a su forma juvenil y repetir su ciclo vital hasta alcanzar una segunda madurez... y una tercera, y una cuarta, y así sucesivamente, hasta un número de veces que, según los científicos, es potencialmente infinito.

Turritopsis nutricola es capaz de conseguir esta proeza porque ha descubierto la manera de modificar sus células una vez éstas se han diferenciado. Y de hacerlas retroceder a fases anteriores a su especialización.

Este “renacimiento” se realiza a través de un proceso celular de transdiferenciación (que se puede ver, por ejemplo cuando un órgano dañado regenera sus tejidos). Teóricamente, este ciclo puede repetirse indefinidamente, presentándose como biológicamente inmortal. Al parecer, esta especie esta colonizando los océanos del planeta, gracias a una extraordinaria facilidad de movimiento.


La Turritopsis nutricula tiene un diámetro de 4-5 mm. Su figura es alta y acampanada con paredes finas y uniformes. Su gran estómago (cavidad interior), tiene forma de cruz en su corte transversal. Los especímenes jóvenes tienen ocho tentáculos en el borde pero los adultos llegan a tener hasta 80-90 tentáculos. 


Ciclo recursivo de Vida
Los huevos fertilizados se desarrollan en el estómago y en cavidades de la larva. Los huevos posteriormente se plantan en el fondo del mar en colonias. La medusa incuba después de dos días. Llega a ser madura sexualmente después de pocas semanas (su duración exacta depende de la temperatura de las aguas: a 20ºC entre 25 a 30 días y a 22ºC de 18 a 22 días aproximadamente).

En pruebas de laboratorio, el cien por cien de los ejemplares de este tipo de medusa analizados han madurado y vuelto a la juventud decenas de veces, sin perder en esos cambios ni una sola de sus características o capacidades. Los investigadores tuvieron que llegar a la conclusión de que la muerte orgánica es algo que en esta especie, sencillamente, no sucede.

Propagación por los Océanos
La existencia de esta excepcional criatura se conoce desde hace más de una década. Desde los años noventa la especie ha sido sometida a análisis genéticos y biológicos de todo tipo para intentar arrancarle, sin éxito, el secreto de su inmortalidad.

Pero la voz de alarma no fue dada hasta el pasado verano por la bióloga Maria Pia Miglietta, de la Pennsylvania State University, quien realizo recientemente diferentes análisis de esta medusa, en estos comparó el ADN mitocondrial de ejemplares de Turritopsis recogidos en Florida y Panamá con otros procedentes de otros lugares del mundo y que habían sido recolectados durante investigaciones anteriores.

Fue al hacer esta comparación cuando se encontró con la sorpresa de que determinadas secuencias genéticas se repetían en ejemplares obtenidos desde Panamá hasta Japón. En quince de ellos, procedentes de ambos países y de las costas españolas e italianas, las secuencias eran idénticas. La existencia de este patrón implica una extraordinaria facilidad de movimiento
Lo que es capaz de hacer esta medusa, afirma la investigadora, “equivale a una mariposa que pudiera volver a convertirse en una oruga”.

Así es que la Turritopsis nutricula se encuentra en todos los océanos del mundo en aguas templadas o tropicales, desde Panamá hasta Japón, pero también se ha encontrado en el Mar Mediterráneo.

Esta habilidad es realmente sorprendente y nos muestra la belleza y las sorpresas de la naturaleza.

Pero a pesar de esta grandiosa habilidad, la mayoría de medusas Turritopsis suelen caer víctimas de las amenazas habituales de la vida del plankton, incluyendo ser comido por otros animales, o sucumbir a una enfermedad.

Visto en Culturizando

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